Los ascensores en un edificio de oficinas, gracias a la mejora de la movilidad y la accesibilidad, han supuesto un gran avance en la vida diaria de los trabajadores y usuarios. Han permitido evitar aglomeraciones e inoperatividad, así como facilitar la incorporación al trabajo de personas de movilidad reducida. En definitiva, los ascensores han supuesto un enorme beneficio para los edificios de oficinas.
De forma contraria a lo que generalmente se piensa, el número de ascensores con los que debe contar un edificio de oficinas no depende directamente del número de personas que trabajan en él. La normativa establece que el número de ascensores que debe tener un edificio depende directamente de la altura del edificio.
Sin embargo, la altura del edificio no es el único condicionante. La funcionalidad del edificio es otro de los aspectos a tener en cuenta. Por ello, un edificio de oficinas, tiene que estar caracterizado por la fluidez en el movimiento de personas, necesitando así disponer de un mayor número de ascensores que un edificio de viviendas con el mismo número de pisos.
Por ello, un edificio de una altitud media (5-8 pisos) y un tránsito continuo de personas debe incluir, al menos, 3 ascensores. Sin embargo, veremos reducida esta cantidad si el edificio no tiene tantos pisos y por tanto se hace más uso de las escaleras.
Para asegurar el correcto funcionamiento del ascensor, éste deberá contar con al menos una persona que asuma la responsabilidad de comprobar el buen estado del ascensor para que cumpla con las condiciones recomendadas de utilización, así como el buen uso por parte de los usuarios.
Del mismo modo, será estrictamente necesario tener contratado un servicio de mantenimiento que cumpla con los requisitos a nivel local, nacional y europeo que garantice, a nivel oficial, la calidad de las instalaciones y la seguridad de los usuarios, así como que permita evitar grandes averías, dificultando así la accesibilidad del edificio.